Artículo de Opinión.-
Feria de vanidades. Por Pedro González.
Todos los municipios de nuestro país se han visto, y se siguen viendo, afectados por la crisis sanitaria y la consecuente recesión económica provocada por el coronavirus de Wuhan, SARS-CoV-2 (Covid-19). La totalidad de las Administraciones Públicas han tenido que hacer frente a una situación inédita, imprevista e inaudita, pero es igualmente cierto que algunas han actuado con mayor tino, y otras, ya no tanto.
En estas últimas podríamos incluir al desgobierno socialcomunista de Puerto de la Cruz, comandado por quien se cree, cual dijera Mary Poppins, prácticamente perfecto, Marco - sin ese - González. Sin embargo, el desacierto en muchas de las decisiones tomadas no le ha impedido cumplir con su principal objetivo: quedar bien en las incontables fotografías e innumerables vídeos en los que promocionar su “vapor progre”. ¿Qué sería del dirigente socialista sin una instantánea para la que posar?
En su línea - la política, por supuesto - ha continuado el socialista haciendo gala, que no galas, de un afán de notoriedad casi sin parangón. Así, no ha tenido inconveniente en gastar un millón de los impuestos recaudados a los portuenses para realizar eventos, supuestamente culturales, y en festejos. No se incluye en ese importante montante lo gastado por la concejalía de comercio en el concierto del primo, esto es, 45.000 € dedicados a una función musical en la que el número de invitaciones superó al de entradas vendidas.
De ese modo, con la excusa de ser el oasis de la cultura en un imaginado desierto, no se ha celebrado el Día del Libro, ni se ha editado publicación alguna, ni tampoco se ha finalizado con la propuesta de la oposición de digitalizar el fondo bibliográfico de la Biblioteca Tomás de Iriarte. Tampoco se ha procedido a solucionar los problemas de la sala de estudios Isabel Acosta, ni a habilitar ninguna otra. De igual forma, se justifica la no conmemoración del Día de la Constitución en que no ha habido tiempo de prepararlo. Ahora bien, festejar el Carnaval de Verano, no sabemos aún por cuánto dinero, así como gastar más de 30.000 € en una función de Jazz a la que no acudieron ni cien personas, no se les podía escapar.
Pero el dispendio no queda únicamente en los eventos y en las fiestas. A ello hay que sumarle una ingente cantidad, de la que todavía es desconocido su monto total, que se ha destinado a la promoción audiovisual. Evidentemente, y como no podía ser de otra manera, no se cuenta la grabación de las sesiones plenarias, pues ello sí que encontraría justificación de la necesidad de publicación de las mismas para el conocimiento de la población, incluidos los despechados, ya que uno de los mayores sufrimientos que una persona se puede auto infligir es el mal de amores, y eso no se cura ni acudiendo al boticario.
Siguiendo con la deriva fiestera, en esa exposición pública de vanagloria, no podía faltar, además de los certámenes de belleza, la Feria de Variedades. Las duras restricciones de la Isla de Tenerife parecía que no afectaban al “oasis”, y que poco importaban el despilfarro y la falta de planificación para la recuperación económica del municipio. Todo le vale a los socialistas para alimentar el ego, aunque sea a través de derroche de dinero público en contratos de arte efímero con amiguetes, que viene unido al dispendio en contratos con empresas audiovisuales para dar rienda suelta al envanecimiento del que se encuentra enamorado de sí mismo. ¿Será que los focos y las bambalinas evitan el contagio?.
Sin embargo, el palmeral en el erial se convirtió en un espejismo. La Consejería de Sanidad revocó una autorización que quizá nunca debió dar, y, sin que pasase desapercibido, provocó un ataque de nervios de quien se supone responsable del desaguisado, que finalizó en una ristra de embestidas dialécticas, tanto contra sus compañeros de Partido a nivel regional, como hacia aquellas que dedican su tiempo al cuidado de los animales. ¿Qué hubiera pasado si alguno de las llamadas “derechas” hubiera gritado como un energúmeno a dos mujeres de esa manera?. Pues parece que lo mismo que con el recibo de la electricidad (luz), que si sube en un 27 % histórico en medio de una ola de frío, no pasa nada, la Moncloa por la izquierda está ganada.
Con este dislate dijimos adiós al año 2020 y entramos en el Año Nuevo 2021. Como suele ser habitual, cada año las personas hacen propósito de enmienda, esto es, se proponen cambiar aspectos de sí mismos que consideran negativos para revertir esa situación. No obstante, el que se juzga como impecable y maravilloso, difícilmente encontrará algo que modificar para la reciente temporada, para desgracia de todos los portuenses.
Olvidan que, como si de una fábula de Esopo se tratase, el que se alaba a sí mismo, en la noria de la vida que siempre da vueltas, será simplemente objeto de la burla, sobre todo de los que mejor lo conocen. La pose para la foto no todo lo puede.
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