Artículo de Opinión.-
Sonrisa, por favor, que viene la foto.
Por Pedro González.
La obsesión del desgobierno socialcomunista de Puerto de la Cruz por la fotografía es algo digno de estudio. Para ellos solamente una cosa puede ser más importante que la foto, el vídeo. Entenderán que trabajar para la recuperación económica de la ciudad puede esperar, como si planes mediáticos vacíos de contenido, sin trabajo eficaz, y con la mejor de la sonrisa en reuniones sin ningún tipo de resultado, fuera a dar empleo y, por tanto, de comer a los ciudadanos.
Estamos en momentos excepcionales, inéditos como se ha reiterado muchas veces, que requieren de la humildad y capacidad de sacrificio necesarias para poder rectificar los errores que se hubieran podido cometer. Ahora bien, cuando la inexperiencia se trata de ocultar faltando a la verdad y con altanería, haciendo gala de la más hilarante arrogancia, se lleva al municipio a una senda directa al abismo, sin posibilidad de corregir el rumbo porque, como decía Quevedo, la soberbia nunca baja de donde sube, pero siempre cae de donde subió.
La paciencia se agota. Al comercio local no se le ayuda engañándolo con planes de impacto económico que no existen, anunciando como propias medidas propuestas por la oposición en las que no se ha trabajado para poder sacarlas adelante, y priorizando eventos populares que no son urgentes. El esfuerzo no puede centrarse en aquello en lo que van a posar para la instantánea, que ya llega a ser continua, sino en haber planificado con sentido común, y no hacer que éste brille por su ausencia.
El grupo municipal del Partido Popular en el Ayuntamiento de Puerto de la Cruz presentó el primer día del estado de alarma, esto es, el día 14 de marzo, varias propuestas en las que ponerse a trabajar de forma inmediata. La primera de ellas era una línea de subvenciones de, al menos, 500.000 € para el comercio local pero, sin embargo, los socialistas no quisieron llevarla al primer pleno telemático celebrado en la ciudad. Posteriormente, el 28 de abril, es decir, un mes y medio después, anunciaron la referida medida como una medida “estrella” adoptada. No obstante, ni siquiera habían empezado el expediente. La orden para hacerlo mediante la preceptiva providencia de inicio fue del día siguiente, es decir, el 29 de marzo. Por tanto, mientras en otros municipios vecinos los autónomos y pequeñas y medianas empresas recibían sus ayudas municipales, que vienen a devolver algo de lo que durante todos sus años de vida empresarial han contribuido con el abono religioso de sus tributos, en el Puerto de la Cruz, los socialistas no habían ni empezado el expediente para hacerlo y, lo más grave, trataron de engañar a todo el mundo. Viven dentro de una ficción y pretenden que los demás también lo hagamos.
Del mismo modo, la segunda de las medidas propuestas por el mencionado grupo de la oposición fue una moratoria de todos los tributos municipales hasta, como mínimo, el 31 de agosto de 2020. Tampoco los socialistas se apresuraron a trabajar en ella y, por tanto, muchos ciudadanos se vieron obligados a tener que abonar impuestos y tasas de los que, para algunos de ellos, han anunciado su devolución. Esperemos que el anuncio no vuelve a ser otra nueva deformación de la realidad porque, como persistan en esas prácticas, van a crear un universo paralelo. Un cosmos en el que algún que otro miembro de los socialcomunistas lleva tiempo instalado, mientras que en la vida real el Consorcio de Tributos ya ha girado los recibos para el cobro de los recibos.
La tercera de las primeras medidas propuestas por los populares consistió en una reducción del 25 % del Impuesto de Bienes Inmuebles relacionados con la hostelería y el ocio, es decir, para aquella actividad económica que debe crear empleo cuando se inicie la recuperación económica. Ante la misma, el desbarajuste de los socialistas se hizo más que patente. Desde que tuvieron la oportunidad publicitaron la “ilegalidad” de dicha medida y, todo ello, según decían, sin tan siquiera ruborizarse, conforme a los informes jurídicos que sustentaban tales afirmaciones. De esa suerte, tanto en las Comisiones Informativas de la Comisión Especial de Cuentas, como en la anteriormente referida asamblea de comerciantes, reiteraron esa aseveración como si fuera cierta. Mas, como dice el proverbio, las mentiras tienen las patas muy cortas y la verdad siempre la alcanza. Tal es así que, ni durante las indicadas Comisiones, ni tampoco cuando se celebró la asamblea, existían dichos informes jurídicos y, cuando finalmente se redactó un dictamen jurídico, de fecha 5 de mayo de 2020 (más de cincuenta días hubo de esperarse por él), en modo alguno viene a concluir que la medida es ilegal. No lo hace, simple y llanamente, porque la Ley permite esa reducción. Una rebaja del tipo impositivo que, evidentemente, para poder conseguirla hay que trabajar pero, claro, esforzase y estar perpetuamente posando para el microfilme, parecen incompatibles.
En este estado de cosas, mientras la economía local requiere de esfuerzo, nos debemos resignar a campañas mediáticas de los socialistas reafirmando la transformación del gris al abanico de colores, como si se tratara de la nueva colección creativa para la temporada de verano. Quizá, olvidaron a Vicent Van Gogh, quien recordaba que había intentado expresar las terribles pasiones de la humanidad mediante el rojo y el verde.
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